Archivo del blog

sábado, 11 de octubre de 2014

LA CAMPANA ROTA



 
Había sé una vez un país muy lejano llamado Senoel donde vivía el príncipe Iosif. Por su cumpleaños su bufón, Tutipatuti, le llevó un hermoso regalo: una pequeña campana traída de muy lejos.

Era una hermosa campana. Su decoración, exótica, se refería al día y a la noche. Por un lado toda amarilla con un gran sol y por el otro lado toda azul con la luna creciente y varias estrellas. Y lo más maravilloso de esta pequeña y hermosa campana era su tintineo: alegre, fino y saltarín.

El bufón, que lo sostenía con sumo cuidado fue a entregársela envuelta en un sedoso pañuelo a su querido príncipe cuando... ¡pum! resbalándose, se cayó al suelo. ¡Oh, qué horror! La pequeña campana se había partido en dos. Pero el bufón, tan alegre como siempre, fue apresuradamente a pegarlo, y en un plis plas volvió a recomponer el precioso objeto. 

Y muy atentos los dos se dispusieron a escuchar el melodioso tintineo cuando esta vez no se oyó más que un sonido hueco. ¡Maravilla! ¡Qué descubrimiento más sorprendente! Por una pequeña "cicatriz" la campaña había dejado de cantar.

Y desde ese momento, en aquel reinado, se fundó el más gigantesco taller artesanal de campanas de todas las formas, colores y sobre todo... maravillosos sonidos.




Y colorín colorado, este cuento, se ha acabado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tus brochazos